El uso constante de los equipos origina desgaste y suciedad de forma parcial o total en cada una de sus partes, así como el desajuste de ciertos parámetros. Aunado a ello, el estar expuesto a la humedad, mala ventilación, polvo, y otros factores externos de uso, aumentan la probabilidad de fallo.
Por ello, es importante realizar mantenimiento de manera periódica a los equipos, con el fin de evitar averías y asegurar el buen desempeño de éstos; al momento de trabajar con los pacientes. Se recomienda que dichos mantenimientos se den al menos dos veces al año o más, dependiendo de la frecuencia de uso que se les dé.
El mantenimiento preventivo consiste en limpieza del equipo externa e internamente, ajuste de parámetros conforme a las especificaciones del fabricantes y ajuste de componentes mecánicos, lubricación de partes, calibración, detección y ajuste de cualquier aspecto que implique una posible falla potencial.
La razón principal por la que debe considerar hacer dichos mantenimientos es que, al ser preventivos, le permite detectar a tiempo problemas futuros, reduciendo reparaciones y costos innecesarios, dado que la corrección de fallas suele implicar un gasto mayor.
Beneficios del mantenimiento preventivo:
Y lo más importante, el equipo se mantiene en óptimas condiciones para seguridad de usted y sus pacientes.